viernes, 23 de noviembre de 2012

Capítulo 15.

Los siguientes días los pasé muy tranquila, junto a la familia. Hacía ya bastantes días que no estaba con los demás, así que decidí hablar con todos y pasar la tarde en el lago. Además, Harry y yo hacíamos ya un mes, así que me apetecía más que nunca estar con él.
Habíamos quedado a las cuatro, así que fui a prepararme. Me puse mi bikini azul turquesa, un vestidito de playa y unas chanclas. Cogí mi sereta con mi toalla, el protector solar, mi movil y mi IPod, me puse las gafas de sol y salí hacia el lago.
Cuando llegué, allí estaban todos.

-Hola chicos. -Dije sonriente.
-¡La desaparecida!

Gritó Zayn y de pronto todos se abalanzaron sobre mi para abrazarme.

-Si ya se que me queréis y no podéis vivir sin mi, pero por favor, ¿podéis soltarme? Me hacéis daño.
-Ah, ¿si? ¿Te molestan nuestros abrazos? ¡Pues ahora verás! -Dijo Louis cogiéndome en peso.
-¡No Louis, por favor! Me encantan, me encantan vuestros abrazos. ¡Pero por favor suéltame en el césped!
-¿Lo dices en serio? -Dijo al filo del muelle.
-¡Si, si, si, totalmente en serio!
-Bueno, pues entonces te dejo. -Dijo soltándome.
-Gracias Louis.
-Un placer.

Ya más calmadamente fui hacia Harry y le besé.

-Hola.
-Hola. -Me respondió con una media sonrisa.
-¿Me echaste de menos?
-Todo el tiempo. ¿Y tú a mi?
-Más que a nada ni nadie.
-Te quiero.

Entonces, me cogió de la barbilla y me besó.

-¿Sabes que día es hoy?
-Por supuesto. Hoy hace exactamente un mes desde que tengo a la mejor chica del mundo.
-Me alegro de que te hayas acordado. Pensé que no lo sabrías.
-¿Como no lo iba a saber?
-Jajajaja Bueno, ¿vamos a bañarnos? -Le pregunté.
-Si, pero espera. Te quería preguntar una cosa.
-Oh, pues dime.
-¿Quieres ir a cenar esta noche conmigo?
-Mm... Suena tentador... ¿A dónde me llevarás?
-Sorpresa.
-Está bien, acepto.
-Genial, pues tienes que estar lista para las 8, te mandaré un mensaje.
-Vale. Vamos al agua, anda.

Me quité la ropa y fuimos a bañarnos, pasamos la tarde así, bañándonos, haciendo tonterías y hablando. Hasta que llegó la hora de irse, ya que se empezaba a meter fresquito y cada uno fue a su casa.
Cuando llegué a la mía, lo primero que hice fue ir a elegir algo para ponerme esa noche. Estaba realmente nerviosa, aunque no fuera la primera vez que salía con Harry. Pero eso de que fuera sorpresa me tenía realmente intrigada.
Finalmente, elegí unos pantalones negros con cremalleras a los tobillos y por debajo de la cintura con un cinturón marrón, una camisa blanca metida por el pantalón, unas bailarinas marrones y una americana negra.
Me duché y me sequé el pelo. Me maquillé un poco y dejé mi pelo suelto y finalmente, acabé.
Esperé sentada a ese mensaje de Harry y lo recibí:
                                 
                          "Hola mi amor, espero que ya estés lista.
                           Si lo estás, ve al muelle, allí nos veremos. -Harry"

-¿Al muelle? Bueno, mejor me voy ya, no quiero hacerle esperar mucho.

Cogí mi bolso marrón, avisé a mi madre de que me iba y salí hacia el muellito.
Cuando me iba acercando hacia el césped que da hacia el muelle, vi un caminito de pétalos de rosa y algunas velas que me llevaba justo hacia el muelle. Fui caminando por medio de él y, antes de entrar al muellito, encontré un mantel de picnik. Seguí caminando hasta el muelle y allí, había una mesita con velas y más pétalos.
Me senté en una de las sillas y esperé y sin darme cuenta, apareció Harry.

-Estás preciosa. -Sonreí.
-Gracias, tú también vienes muy guapo.
-Gracias. Bueno, mi plan era decirte que te sentaras, pero veo que ya lo estás, así que bueno, vamos a cenar.
-Jajaja si, es que tu novia es así.
-Y así es como a mi me gusta. ¿Cenamos?
-Claro.

Mientras cenábamos, ibamos hablando de todo un poco. Desde el tiempo, hasta cuanto había tardado Harry en vestirse.

-¿Sabes? No me esperaba nada de esto, no pensaba que fueras tan, tan romántico.
-Pues mira, ya sabes otra cosa más sobre mi.
-Si, ya veo, jajaja.
-¿Has terminado ya?
-Emm.. Si.
-Bien, pues vamos, ven.

Harry me cogió de la mano y me llevó hasta donde estaba el mantel. Nos sentamos allí y cogió una cesta. De ella sacó un bol de fresas con chocolate.

-¿Quieres fresas?
-Uy si. -Dije extendiendo la mano para coger una.
-No. -Dijo alejando el bol de mi. -Yo te las doy.
-Ah bueno vale.

Entonces, me tumbé apoyándome en Harry y él comenzó a darme fresas y así, hasta que nos las terminamos entre los dos.

-Bueno, y ahora... -Le interrumpí.
-¿Es que hay más?
-Claro, ¿qué esperabas? Vamos. -Dijo tendiéndome su mano para ayudarme a levantarme.

Me llevó hacia una barquita, montamos y empezamos a remar hasta la mitad del lago. Allí nos paramos y Harry se me acercó.

-Date la vuelta, colócate de espaldas a mi.
-¿Por qué?
-Tú hazlo, ya verás.
-Está bien. -Dije dándome la vuelta.

Entonces, Harry rodeó mi cuello con una cadena y pude ver el colgante. Era precioso, y sin duda, reflejaba lo nuestro.



-¡Aww,  Harry es precioso!
-¿Te gusta?
-¡Por supuesto, me encanta! -Dije dándome la vuelta y dándole un abrazo.

Pero de pronto, del impulso que hice para darle un abrazo, la barca se volcó y ambos caímos al agua.
A pesar de la situación, no parábamos de reirnos. Estuvimos un ratito ahí, hasta que nos cansamos y decidimos volver a la barca para llegar a la orilla.

-¿Tienes frío? -Me preguntó.
-Un poco.
-Te daría mi chaqueta, pero también está mojada, ya sabes...
-No pasa nada.
-Bueno, vamos rápido.

Empezamos a acelerar el ritmo de nuestros pasos y llegamos a la cabaña.
Estaba todo preciosamente decorado. Nada de electricidad, todo velas. Desde la entrada hasta las habitaciones.

-Dios Harry, es hermoso. -Dije al llegar al salón. -Te has tomado demasiadas molestias esta noche.
-Quería que fuera una noche especial. ¿Sabes? No se cumple un primer mes todos los días.
-Tienes razón.
-Bueno, espera aquí, enseguida vuelvo.

Me quedé de pie esperándole, ya que si me sentaba, lo mojaría todo. De pronto, llegó Harry con unas toallas y unos albornoces.

-Toma, es para que te seques. -Dijo dándomelos.
-Gracias.

Me quité la ropa quedándome así en ropa interior y seguí secándome. Levanté la cabeza y vi que Harry también se había quedado en ropa interior. Estaba tan sexy así, que no me pude resistir. Me abalancé sobre él y comencé a besarle.
Me cogió en peso y yo le rodeé con mis piernas. Comenzó a caminar hacia las escaleras y me apoyó sobre una pared. Continuó besándome el cuello, yo tan solo jugaba con sus mojados rizos.

-¿Sabes? Tenía pensado ver una película. -Dijo mientras seguía besándome.
-Que le den a las películas. -Le contesté cogiéndole de la cara y besándole apasionadamente.

Harry me dejó en el suelo y subimos las escaleras rápidamente. Nos metimos en el cuarto y me tiró sobre la cama. Continuó besándome el cuello, amaba que lo hiciera, es mi punto débil.
Me quitó la ropa interior y yo me deshice de sus calzoncillos. Continuamos besándonos hasta que noté como el amiguito de Harry se ponía contento.

-¿Estás segura de que quieres hacerlo?
-Harry, creo que llevo demasiado tiempo esperándolo.
-Está bien.

Entonces, noté como Harry se introducía en mi lentamente, con cuidado para no hacerme daño. Le tenía dentro. Nos movíamos acompasados, como si fuéramos una persona solamente.
Sus caricias y sus besos hacían que me estremeciera aún más. Todo era perfecto.
Una bonita decoración, una cama y con el chico de mi vida. ¿Qué más se puede pedir?
Fue la mejor noche que he pasado en mi vida. Nos dormimos muy pegados, fundidos en un abrazo.

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