sábado, 17 de noviembre de 2012

Capítulo 14.


Me incorporé y le sequé las lágrimas.

-No llores por favor, se me rompe el alma.
Harry, simplemente gracias. Gracias por hacerme saber todo esto y por demostrarme que me quieres. No me voy a separar de ti, ¿me oyes? Eres absolutamente increíble, eres lo mejor que me ha pasado, ¿como iba a dejarte ir?
Ahora mismo no sabría expresar todo lo que siento por ti, es algo mágico y tampoco lo había sentido nunca. Cuanto te vi, sinceramente no te vi como más que un amigo, pero poco a poco me has ido demostrando que realmente vales y mucho. Más de lo que nadie podría imaginar.
¿Que tengo miedo? Pues si, es cierto, lo tengo, no lo voy a negar. Porque te quiero demasiado y lo que pueda pasar de aquí al final del verano no lo sabremos hasta entonces. Pero de momento, disfrutemos de esto. Hagamos que cada día juntos sea inolvidable, porque nada es eterno, pero estoy casi segura de que lo nuestro lo será.

Tras estas palabras, volvimos a abrazarnos, nos levantamos y cogidos de la mano caminamos hacia la cabaña.
Cuando llegamos, comimos y nos sentamos todos en el sofá viendo la tele, pero de pronto, recibí una llamada de mi madre, así que salí al jardín y respondí.

*Conversación*
-¿Si?
-Hija, ¿donde estás?
-Pues en la cabaña. ¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Katie, ¿has olvidado que hoy es el cumpleaños de tu abuela? ¡Mira que te avisé!
-Emm..
*Flashback*
-Mamá, voy a salir, que he quedado ¿vale? Seguramente no dormiré aquí.
-Vale, pero recuerda que mañana es el cumpleaños de tu abuela y tenemos cena familiar.
-Vaaaale mamá, adiós.
*Fin del flashback*
-¿Katie? ¿Estás ahí?
-Perdona mamá. Claro que me acordé, ahora mismo iba para allá.
-Si, seguro. Anda, avisa a Harry y veniros ya.
-Que si, que ya vamos.
-Adios, no tardéis.
*Fin*

Entré de nuevo al salón y avisé a Harry.

-Oye, que olvidé que hoy es el cumpleaños de mi abuela y tenemos cena, iremos a un restaurante. Mi madre me ha llamado y tenemos que ir ya porque en un rato saldremos y tenemos que prYa estoy aquíepararnos.
-¡Es cierto! Yo también lo olvide... Bueno, vámonos.
-Eh chicos, Harry y yo tenemos que irnos, que es el cumpleaños de mi abuela, pasarlo bien.

Dije eso y salimos pitando hacia la otra orilla. Al llegar, Harry se fue a casa de Nicole y Charlie y yo a la mía.

-¡Hola mamá! ¡Ya estoy aquí!
-Katie ven, que estoy en la cocina. -Mi dijo y fui.
-Dime, ¿qué pasa?
-Oye, no te digo que no pases tiempo con tus amigos, pero en todo este tiempo que llevamos aquí, no has estado casi con nosotros. Ya sé que tus amigas vinieron para estar contigo, pero hija, si de vez en cuando que haces algo con nosotros no va a pasar nada. Además, Los padres de Lara vienen la semana que viene, han decidido pasar el reto del verano aquí y así controlar a las chicas.
-Si mamá, a mi no me importa estar con vosotros más tiempo, pero es que a mi no me gusta ir a pescar o a jugar a juegos de mesa.
-No te digo que hagas esas cosas, pero que pases tiempo con nosotros.
-Vale, está bien.
-Bueno, cuéntame, ¿que has hecho todos estos días?
-Emm.. Pues nada especial, hemos estado en la cabaña al otro lado del lago y eso.
-¿Y cuando te fuiste a la ciudad?
-Oh, tampoco hicimos nada interesante.
-Ah bueno. Vamos, sube a ducharte que en un rato salimos.
-Vale, adiós.

Subí arriba y me duché. Cuando salí de la ducha, enrollé mi cuerpo en una toalla y con otra en el pelo me dirigí hacia mi habitación. Abrí mi armario y mientras pensaba que me ponía, me acerqué a mi IPod, lo coloqué en los altavoces, le di a "modo aleatorio" y dejé que la música invadiera mi habitación.
A ritmo de Tonight Tonight de Hot Chelle Rae comencé a sacar varios conjuntos del armario para luego elegir. Tras pensar y pensar, finalmente me puse unos shorts negros de cintura alta, una camisa de color blanco crudo, casi crema, de encaje, unas sandalias negras y un bolso negro a juego con las sandalias.
Dejé mi pelo suelto a salvo de unos pasadores que usé para recogerme los mechones que cubrían los dos lados de mi cara, me hice la raya en la parte inferior de mis ojos con un delineador, evitando apretar mucho para ir más natural, me puse un poco de rímel y cuando me vi lista, paré la música, guardé mi IPod, los auriculares y mi móvil en el bolso y bajé al salón.

-Yo ya estoy, ¿quién falta?
-¿Pues quién va a faltar? -Me respondió mi madre.
-¡Dylan, venga ya chaval, que siempre llegamos tarde!
-Ya voy, ya voy, tranquilidad. -Dijo bajando las escaleras.
-Vaya, por fin. Anda, vámonos. -Dijo mi padre.

Caminamos todos hacia los aparcamiento y subimos al coche.

-¿Está muy lejos ese restaurante?
-No, está al principio del pueblo. -Me contestó mi padre.
-Ohh, menos mal, odio tener que estar mucho rato en el coche.

Tras unos 10 minutos, puede que algo más, en el coche, llegamos. El lugar era bastante bonito por fuera, me moría de ganas de entrar.
Mi padre aparcó el coche y fuimos entrando al restaurante. Era como yo esperaba, precioso. Casi todas las mesas eran redondas y tenían un mantel marrón clarito a juego con la funda de las sillas. En el centro de la mesa, habían unas flores y velas que la decoraban perfectamente.
Buscamos a los demás con la mirada hasta que vimos que al fondo, en una gran mesa rectangular se encontraban todos así que nos dirigimos hacia allí.

-Hola a todos. -Dijo mi madre.

Saludé a todos con un beso excepto a Harry, que le di un pequeño beso en los labios, el cual nadie vio y a mis primos Brad y Eliott, a los que les revolví el pelo. Luego, me sentó junto a Harry y Madeleine.
Vino el camarero y pedimos, luego nos pusimos a hablar todos.

-No, yo creo que a ella le vendría mejor estudiar fuera. -Dijo mi tío Jerry.
-¿Hola? ¿Podéis parar de hablar sobre dónde debería estudiar? ¿No debería ser yo quien eligiera? Gracias. -Contesté algo molesta.
-Bueno vale doña enfados. -Me dijo y le devolví una mirada amenazadora.
-Oye Katie y Harry, ¿qué pasa entre vosotros dos? -Preguntó Charlie.

Harry y yo nos miramos sin saber qué decir.

-Nada, ¿qué va a pasar? -Contesté yo fríamente.
-Además, no es asunto tuyo Charlie. -Dijo Harry.
-Ya, pues no me lo trago. Esas miraditas no parecen "nada".
-Anda Charlie, déjalos. Eso no es problema tuyo, además, ¿si tuvieran algo que pasaría? Son jóvenes, déjalos que vivan. -Nos defendió Nicole.
-Pero... -Prosiguió Charlie.
-Déjalos. -Dijo guiñándome el ojo.

Vi que cada uno estaba a lo suyo así que me puse a hablar con Harry.

-¿Ves por qué quiero tanto a mi prima.
-Oye, ¿crees que es mejor decírselo?
-Si, lo sé, pero no sabía como en esa situación. Actuemos normalmente y ya se darán cuenta.
-Bueno vale. Por cierto, que guapa que está mi novia hoy.
-¡Pero serás pelota!
-Jajajaja ¿y qué quieres que te diga? ¿Que vas fea? Te estaría mintiendo, y los novios no se mienten.
-Calla anda.

Un rato después vino el camarero y fue trayendo los platos, cenamos y cuando acabamos todos, trajeron una tarta y le cantamos el cumpleaños a mi abuela Cathy.
Pasamos un rato más hablando y eso y después nos fuimos todos a mi casa, como solíamos hacer antes. Mi padre siempre invitaba a todos a tomarse algo y que lo hubiera vuelto a hacer me recordaba buenos tiempos.
Cuando llegamos a mi casa, salimos al jardín y mi padre abrió unas botellas de ron, vodka, licores y cosas así.

-Eh, ¡yo quiero un chupito de mora! -Dije yo.
-Tu no puedes tomar nada enana, eres menor. -Dijo mi tío Jerry.
-¡Ay, cállate!

Harry y yo entramos a la cocina y estaba Nicole sirviendose mojito.

-¿Queréis? Vamos, que nadie se va a enterar. Siento que no sea chupito de mora, pero algo es algo. -Dijo mirándome a mi y sirviéndonos.
-Gracias Nicole. -Dije.
-Anda, iros arriba para que no te vea tío Jerry.

Harry y yo subimos a mi cuarto y saqué mi portatil.

-¿Quieres conectarte o algo? -Dije dándole un sorbo al mojito.
-No, es igual.
-Puff, no hay nadie, que aburrimiento. ¿qué hacemos?
-A mi se me ocurre otra manera de divertirnos...
-Harry, ¿estás loco? Están todos abajo y los niños en la habitación de al lado.
-Bueno, está bien... Déjame el ordenador.

Le dejé el protatil a Harry y nos pusimos a hablar con Louis. No parábamos de reírnos. ¡Que tío!
De pronto, alguien tocó la puerta, eran Nicole y Charlie.

-Chicos, tenéis que hacernos un favor. -Dijo Nicole.
-Claro, dinos. -Contestó Harry.
-Es que los críos se están quedando dormidos y no queremos irnos ya ninguno, entonces, queríamos pediros que os quedarais aquí con ellos, que todos nosotros nos vamos a ir a un club y saldremos tarde de allí. -Nos dijo Charlie.

Harry y yo nos quedamos sin saber qué decir, hasta que Charlie habló.

-Vamos, lo de antes fue tan solo una broma, sé que estáis juntos. No pasa nada, mientras que no hagáis nada malo, podéis dormir juntos. -Aclaró Charlie.
-Bueno vale, ningún problema. -Dije yo.
-Muchas gracias, en serio, si hay algún problema llamad a los abuelos, ¿vale? -Nicole.
-Vale. -Dije yo.

Todos se fueron y mandamos a los niños a dormir. Brad y Eliott dormirían en la cama de mis padres y Madeleine y Dylan en la de Dylan.

-Katie, ya están dormidos, increíble.
-Bueno, ¿vemos la tele un rato?
-Yo estoy bastante cansado, mejor vamos a la cama.
-Bueno vale, como quieras.

Subimos a la habitación y Harry fue a por su pijama, mientras, yo me fui poniendo el mío. Me quité la ropa y la dejé doblada sobre una silla. Cuando me di la vuelta, estaba Harry mirándome.

-¿Qué pasa? -Dije poniéndome los shorts.
-Nada, que no me había dado cuenta de lo hermosa que es mi novia.
-Eres un pervertido, lo sabes.
-Pero me quieres, lo sabes. -Dijo pegándose a mi.

Y sin darme cuenta, empezamos a besarnos y me tiró a la cama.
Deslizó su mano por mi tripa hasta llegar a mis shorts y me los quitó. La intensidad de los besos se empezó a elevar y yo le quité su camiseta acariciando cada una de sus perfectas abdominales. Seguidamente, me deshice de sus pantalones dejándole así únicamente en calzoncillos.
De pronto, oímos un ruido que provenía de las otras habitaciones y Harry se sobresaltó.

-¿Has oído eso?
-Si, sonaba como si hubiésen abierto la puerta alguno de los niños.

Se volvió a escuchar algo, pero esa vez eran pasos y rápidamente, Harry se quitó de encima de mi.

-Será mejor que vaya a ver que pasa. Dije poniéndome los shorts.
-Vale.

Fui a la habitación de mis padres y no había nadie, así que fui rápidamente a la otra y abrí la puerta.

-Pero bueno, ¿qué hacéis?
-Es que nos aburríamos porque nos despertamos. -Contestó Eliott.
-Venga, cada uno a su cama ya, que es tarde. No quiero volver a encontrar a ninguno en pie. ¿Estamos?
-Jo Katie, por favor, solo un ratito.
-Que no, que es tarde, vamos.

Finalmente se fue cada uno a la cama y volví a mi habitación.

-Oye, no es el momento, ya has visto la facilidad con la que se despiertan, podrían de pronto abrir la puerta y.. Bueno.
-Si, tienes razón. Vamos, acuéstate.

Harry se echó a un lado dejándome espacio y me acosté junto a él. Me pasó el brazo por encima pegándome así hacia él y me dormí abrazada a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario